Tener a nuestros bebés con fiebre sin lugar a dudas puede ocasionarnos mucha angustia como padres. Aun sabiendo que este malestar no es considerado como una enfermedad, sino más bien como una señal de combate ante las infecciones, es inevitable no sentir temor por su aparición.
Sabemos muy bien que muchos padres, primerizos o no, siempre desean tener el conocimiento necesario para sobrellevar el malestar de sus bebés. Por eso, si tú eres uno de estos padres, y quieres saber sobre el proceso febril en tu pequeño y qué hacer en ese caso, te invitamos a que no dejes pasar alto toda esta información.
Es normal que como padres manifestemos miedo, preocupación, nerviosismo e intranquilidad cuando tenemos a nuestros bebés con fiebre. Sin embargo, no debemos dejarnos llevar por estas emociones negativas.
Podemos aprender a canalizar nuestras acciones y emociones cuando nuestros bebés presentan malestar de fiebre. Pero para ello, es importante conocer a fondo de qué se trata esto y a qué se debe su aparición.
Desde una perspectiva médica, la fiebre no se considera como una enfermedad, sino más bien como un síntoma. Cuando los bebés tienen una infección, sea está leve, moderada o grave, ocurre un aumento en la temperatura corporal; como una reacción normal y necesaria para combatir dicha infección.
Este síntoma suele presentarse de manera frecuente en la primera infancia. Por lo tanto, lo esencial es reconocer cuándo se manifiesta y el nivel en el que se da.
Existen diferentes formas de reconocer cuando tu pequeño se encuentra en un cuadro febril. A continuación mencionaremos de cuáles se tratan.
El cambio en la temperatura corporal es el principal indicador de la fiebre. Cuando comienza a manifestarse este malestar, se empieza a sentir como la temperatura corporal aumenta.
Para saber cuándo una temperatura se considera como normal o alta, solo es necesario observar el siguiente cuadro.
Tipo de lectura | °C/ °F Normal | °C/ °F Elevado |
Oral | · Entre: 95.9 °F – 99.5 °F · Entre: 35.5 °C – 37.5 °C | · 99.5°F> · 37.5°C> |
Axilar | · Entre: 97.9 °F – 100.4 °F · Entre: 36.6 °C – 38 °C | · 99°F> · 37.2°C> |
Rectal | · Entre: 97.9 °F – 100.4 °F · Entre: 36.6 °C – 38 °C | · 100.4°F> · 38°C> |
Los tipos de lectura son de acuerdo a la forma en que se le toma la temperatura al bebé. Más adelante hablaremos sobre estos métodos.
La alimentación de los bebés poco varía cuando se sienten físicamente bien. Por lo tanto, cuando tienen fiebre, es un síntoma normal que disminuyan su apetito. Ya que ninguna comida les apetece durante ese proceso.
No es para menos que el comportamiento de nuestros bebés se torne irritable cuando están padeciendo de fiebre. Con frecuencia se pueden escuchar sus quejas y llantos. Lo cual es una señal de que no se está siendo bien y los estímulos y trucos cotidianos no terminan funcionando para cambiar su humor.
Si nuestros bebés están con fiebre es probable que puedan tener pequeños y sutiles temblores, los cuales se conocen como escalofríos. Esto es un mecanismo corporal para generar calor cuando hay una sensación de frío.
Son contracciones y relajaciones rápidas que irán pasando mientras se vaya regulando la temperatura del bebé.
A lo largo del tiempo se han implementado diferentes termómetros que nos permiten saber la temperatura que tiene el bebé. Cada uno de los que mencionaremos en breve se encuentran médicamente aprobados y dependerá de la disponibilidad y preferencia de los padres o especialistas usar uno u otro.
Es uno de los métodos para medir la temperatura con más tiempo en el mercado. Se considera como uno de los termómetros que genera mayor precisión y se utiliza frecuentemente en niños.
Este aparato debe introducirse suavemente en el recto del bebé, no sin antes colocar en la punta del termómetro gel lubricante. Luego se deben esperar unos segundos hasta que indique la temperatura y retirar suavemente.
Como su nombre lo indica, este método se encarga de medir la temperatura a través de la boca. Lo primero que se debe hacer es colocar el termómetro por debajo de la lengua del bebé durante unos minutos o hasta que emita un sonido.
Debemos acotar que puede resultar un poco complicado implementar este medio con bebés muy pequeños; ya que son bastante inquietos y pueden abrir la boca con frecuencia, generando un resultado poco preciso.
Se coloca por debajo de la axila del bebé, presionando ligeramente su brazo con el cuerpo. Al transcurrir unos pocos minutos tendrás el resultado esperado.
En los centros médicos, los especialistas poco utilizan este método debido a que la lectura de la temperatura suele ser fluctuante. Sin embargo, para muchos padres este es un método práctico y accesible.
Como padres, saber qué hacer cuando nuestros pequeños tienen fiebre es una de las cosas que más queremos. Aunque debemos admitir que no resulta tan sencillo como suena. Más que dejarnos dominar por el temor, es necesario llevar a cabo esto que mencionaremos a continuación.
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Nuestro bebé comienza a presentar los síntomas que mencionamos anteriormente. En el momento que lo tomamos en nuestros brazos, sentimos que su pequeño cuerpo se encuentra más caliente de lo normal. Justo en ese instante es necesario tomar la temperatura para asegurarnos si realmente tiene fiebre.
Ya hemos hablado de los distintos métodos que son utilizados para tomar la temperatura. Cualquiera que tengas a la mano y sepas manejar está bien. Si el resultado se encuentra dentro de una temperatura elevada, entonces sí estamos frente a un cuadro febril y debemos proceder al siguiente paso.
Desde el momento que corroboramos que el bebé tiene fiebre, debemos comenzar a bajar su temperatura corporal y no permitir que ésta aumente.
Primero debemos quitar el exceso de ropa. Esto solo generará molestia e influye en el aumento de la fiebre. Procura tener al bebé en un espacio de temperatura ambiente. Ni muy frío ni muy caluroso.
De igual manera, puedes aplicar compresas o paños húmedos por unos minutos en zonas como:
Si el cuadro febril es leve, no necesitarás de mayores recursos o procesos para tener todo bajo control.
Otro método para bajar la fiebre se trata de la administración de medicamentos. Es estrictamente necesario que estos medicamentos hayan sido recetados en algún momento por un especialista. Ya que el tipo de medicamento y su dosis, varía de acuerdo a la edad, peso y condición del paciente.
Si ya tienes la prescripción médica respectiva, no dudes en seguirla desde el momento que corrobores la fiebre de tu bebé. Al pasar más de 20 minutos no olvides tomar nuevamente la temperatura para saber la evolución del síntoma.
Cuando hay un aumento de la temperatura corporal se genera automáticamente una sensación de calor y sudoración. A su vez, esto puede provocar que el bebé se vaya deshidratando. De ser así, la fiebre aumenta y se puede complicar el malestar, debido a que el cuerpo se vuelve más sensible.
Durante el periodo donde el bebé está presentando el malestar necesita que se le de todo el apoyo posible desde diferentes perspectivas; por eso, brindar hidratación es un elemento sumamente importante. No dejes de darle agua y alimentos líquidos que le generen bienestar y lo hidraten.
Tener un cuadro febril, más el pasar por todo el proceso necesario para contrarrestarlo, es bastante agotador para tu bebé. Siempre que sea posible, déjalo dormir tranquilamente. Evita sacarlo de casa si no es necesario porque todo ese descanso le permitirá tener una mejor y más rápida recuperación.
Es normal que como padres se nos presente la duda de si contactar o no a un médico cuando los bebés están con fiebre. Sin embargo, tenemos que pensar con cabeza fría y evaluar si realmente es necesario.
Primero es importante que tomemos en cuenta la manifestación de los síntomas y su prolongación. Si la fiebre baja luego de llevar a cabo los diferentes métodos que mencionamos previamente, no te preocupes. No tienes porqué contactar al médico.
Si, por el contrario, ocurre una hipertermia y la temperatura del bebé no baja de 40°C es preciso llevarlo al médico. Al igual que si la fiebre persiste por más de 72 horas sin signos de mejoría, o si el bebé presenta lo que se conoce como convulsiones febriles.
Las convulsiones febriles ocurren debido a que la temperatura corporal aumenta súbitamente. Se dan mayormente en la primera infancia. No obstante, no ocurren en todos los casos. A pesar de que la mayoría son inofensivas es crucial que el médico evalúe el estado del paciente.
Bien es cierto que como padres siempre nos preocupa ver a nuestros bebés con fiebre. Sin embargo, tener un conocimiento de lo que ocurre y lo que podemos hacer para calmar el malestar permite cambiar el panorama negativo.
Si los cuadros febriles de tu bebé te hacían entrar en angustia, esperamos que luego de leer toda esta información puedas manejar esta situación con mayor tranquilidad.
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