Los problemas cutáneos en los bebés son uno de los motivos más frecuentes de consulta médica. Hay ciertas enfermedades propias de la infancia que se acompañan de erupciones cutáneas, como granitos, o manchas. Aunque este tipo de afecciones suelen resultar especialmente alarmantes para los padres, en la inmensa mayoría de los casos no son de gravedad.
Como Sabemos, la piel del recién nacido y del niño en sus primeros años de vida tiene unas características especiales por lo que requiere unos cuidados específicos.
Todas estas características se van “normalizando” poco a poco según el bebé se va haciendo mayor.
Platicaremos de algunas de las enfermedades más comunes en bebés y algunos consejos para tratarlas.
¿Qué es? El acné neonatal, también conocido como acné miliar o más popularmente como granitos de la leche, es una alteración cutánea de curso benigno que se produce en el 40% de los bebés recién nacidos de entre uno y dos meses de vida. ¿Qué síntomas presenta? Se trata de pústulas blancas o amarillentos en la zona de las mejillas, la nariz, el mentón y la frente. No son granitos dolorosos ni pican.
¿Por qué se produce? Se produce por la acumulación de grasa en la piel del bebé, que queda atrapada en sus poros. Son las hormonas que han sido transferidas al bebé a través de la placenta las culpables de estimular una mayor producción de las glándulas sebáceas que causan el acné. ¿Cuál es su tratamiento? No se recomienda aplicar ningún producto, y en el plazo de dos o tres semanas los granitos desaparecen por sí solos.
Esta afección cutánea tan común se observa en los recién nacidos. Suele aparecer en las primeras horas de vida o después del primer día. Ha recibido otros nombres como “urticaria del recién nacido”. El eritema tóxico puede aparecer en aproximadamente un 30-50% de todos los bebés recién nacidos.
Aparece en los primeros días de vida con pequeñas lesiones en el tronco principalmente, aunque puede afectar a todo el cuerpo. Aunque el eritema tóxico es inofensivo, puede ser muy preocupante para los padres novatos. Su causa se desconoce, pero se piensa que está relacionado con el sistema inmunitario.
Es una de las afecciones cutáneas más comunes en los primeros meses de vida y hasta los 2 años que cursa con inflamación y enrojecimiento de las zonas con mayor roce del pañal: genitales, glúteos, pliegues inguinales y zona perianal.
Esta dermatitis se debe a la humedad y la oclusión en dicha zona. Además el contacto con la orina y las heces hacen que varíe el pH de la zona aumentando la irritación pudiendo llegar incluso a agravarse el problema por una sobre infección por hongos en la piel del bebé o bacterias. También con la salida de los primeros dientes, los bebés producen más saliva que tragan y las heces son más líquidas y ácidas aumentando la irritación.
Se aconseja realizar el cambio de pañal con frecuencia limpiando y secando la zona muy bien con agua y un jabón suave. Evitar el uso de toallitas a no ser que se esté fuera de casa. Utilizar cremas que contengan óxido de Zinc en cada cambio de pañal.
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Una de las enfermedades de la piel en bebés que suele aparecer en los tres primeros meses de vida y afecta en torno a un 10% de los lactantes. A esta edad, afecta sobre todo a mejillas, cuello y cara y brazos.
Se produce por una alteración de los lípidos de la piel, sobre todo de las ceramidas que dejan a la piel desprotegida y no puede realizar correctamente su función barrera. Todo ello provoca sequedad, enrojecimiento y picor. El rascado es uno de los signos característicos de sospecha que además puede conducir a una sobreinfección de las heridas que se hace el propio bebé.
A veces se manifiesta sólo en el primer año de vida, pero en muchos niños continua durante los primeros años de su infancia.
Se aconseja realizar baños con agua templada y jabones que sean naturales, con alto contenido en aceites hidratantes que ayuden a restablecer la barrera cutánea. Nunca usar jabones agresivos. Es muy importante el secado a toques, sin frotar y la aplicación diaria de cremas adecuadas, ricas en ácidos grasos y ceramidas y sustancias calmantes que ayuden a aliviar el picor. El uso de estos productos se recomienda no sólo en los brotes sino en el tiempo que pasa de uno a otro, lo cual disminuirá la intensidad del mismo.
A veces se requiere el uso de corticoides tópicos o antibióticos en caso de sobre infección para determinadas enfermedades de la piel que, especialmente en bebés, deben de ser siempre prescritos por el pediatra.
Es bastante frecuente en niños de hasta 3 años y se presenta en el cuero cabelludo, aunque a veces también en la cara, en forma de escamas de color blanco y amarillo. Es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel y se cree que es causada por alergia al hongo Malassezia furfur.
No es contagiosa y es posible controlarla con suaves masajes y champús naturales. No obstante, si notas que esto no le ayuda o que la piel de tu hijo se vuelve roja y dura, que se le cae el pelo o se extiende a otras zonas de su cuerpo, es importante que lo vea su pediatra. Debido a que la piel de un bebé y de los niños en general es mucho más delicada y sensible que la de un adulto, es importante cuidarlo al máximo y estar atento a cualquier sarpullido o coloración que se presente. Si el picor o la molestia persiste, no dudes en pedir cita con el pediatra o el dermatólogo.
La miliaria o sudamina es una erupción cutánea causada por una obstrucción en los poros que llevan a las glándulas sudoríparas. Es muy común en los primeros meses de vida de los bebés y en niños pequeños.
¿Qué síntomas presenta? Pequeños granitos rojos o diminutas ampollas que se rompen fácilmente formando costras finas. Los granos pueden estar muy juntos y localizados, o aparecer de forma dispersa. Se localizan especialmente en la frente, las mejillas, los párpados, la nuca, los brazos y el tronco superior. Esta afección cutánea se produce por una disfunción en el sistema sudorativo, de manera que el sudor no puede salir y queda retenido en la piel.
¿Cuál es su tratamiento? Por lo general, basta con evitar que el bebé sude en las épocas de más calor para que esta erupción desaparezca por sí sola. En algunos casos, el pediatra podría recomendar alguna crema o gel específico para pieles delicadas.
Esta guía es para orientarte recuerda que es importante llevar a tu bebe al pediatra y dermatólogo ante la complicación de estos y además de aparición de otros problemas como:
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